Ensalada fría de lentejas beluga y tempeh con tomates secos y pimiento encurtido.

Una ensalada fría de tempeh y lenteja beluga donde vamos a trocear mucho y bien, para que en cada cucharada consigas un poquito de cada ingrediente y disfrutes de todos los sabores. Es una ensalada fácil de preparar y lo mejor es que está repleta de nutrientes, minerales, fibra y proteína. Perfecta para comer sola o acompañar con un par de rebanadas de pan.

Ingredientes

  • 1/2 taza lentejas beluga – aprox 100g
  • 1 bloque de tempeh
  • 6 tomates secos (en aceite si lo prefieres)
  • 50 gramos de pimiento encurtido o medio pimiento rojo fresco
  • 1 chalota pequeña
  • 1 rama apio
  • 1 cucharada de semillas de calabaza
  • 2 cucharadas de aceite
  • Sal y pimienta

Opcionales

Especias al gusto ( por ejemplo: orégano, tomillo, perejil)

  • Especias al gusto ( por ejemplo: orégano, tomillo, perejil)

Preparación

  1. Comenzamos pasando por agua las lentejas beluga para limpiarlas bien y eliminar cualquier impureza. A continuación, cocinamos las lentejas. Puedes seguir las instrucciones del fabricante o seguir las instrucciones del siguiente paso.
  2. En un cazo pequeño o sartén, lleva a ebullición aproximadamente medio litro de agua. Cuando hierva, añade las lentejas. A fuego lento, cocina las lentejas por unos 20 minutos o hasta que estén al dente. Si queda líquido después de la cocción, puedes colar las lentejas. Reserva hasta que estén frías.
  3. Mientras las lentejas se cocinan, trocea el tempeh en dados pequeños. Puedes pasarlo por la sartén y dorarlo un poco para conseguir una textura crujiente en el exterior. Si prefieres, lo puedes consumir fresco. Tú eliges. Reserva para más tarde.
  4. Después, troceamos el resto de ingredientes en trozos pequeños: tomates secos, el pimiento encurtido, el apio y la chalota. Todo en trozos pequeñitos. Es un poco más engorroso, pero así podrás disfrutar de todos los ingredientes en cada bocado.
  5. En un bol, vierte todos los ingredientes bien troceados. Agrega aceite de oliva y las semillas de calabaza. Salpimienta a tu gusto y, si te animas, utiliza alguna especia. Mezcla muy bien para que los ingredientes se impregnen del aceite y las especias.
  6. ¡La ensalada está lista! La puedes consumir inmediatamente o guardar en la nevera para que se conserve fresca.

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